miércoles, 10 de marzo de 2010

Vuelvo a Ud.

Cada día que pasa, el tiempo se acelera o se reduce dependiendo del ángulo en el que este se muestre ante nosotros.
Fernanda Daaè.

Perteneciente a un lado de tres, desconozco la velocidad, reconozco mis demás números:
Ver un cuerpo en su libertad de expresión, palpar su quizás pensamiento, intentar seducirlo con una transparencia de sentidos que se muestra impenetrable, hacerlo bienvenido ilustrándole entre letras mis sentimientos muy dejados en físico, exponerle algo de mi debilidad ante mis dos seres interiores, ponerlo en duda cuando poso en su mente asegurándole mi existencia, lograr alejarlo de terceros cuando mi pensamiento se posa ante su nombre, disfrutar entre cuatro paredes de su ser de una manera inocente, percibirlo con cinco sentidos e ilustrarle delicadamente el estima tan grande que le otorgo al "tacto", creer que respeta lo poco que he mostrado de mi en menos de seis connatos de conversaciones, pensar en una quizás sintonía ya vivida al verlo leer mis letras paganas, llegar a titubear las siete letras que componen su nombre... es amarlo platónicamente: 

Ver un cuerpo en su libertad convocada por el exceso de lo etílico, escucharlo hablar de una manera poco perteneciente a la imagen otorgada por mi mente, develar sus intenciones guardando la verdad en silencio, intentar discernir lo falso de su palabra, ver las dos caras de la moneda, respirar tres veces al sentir que me enfrento ante una nueva parte de su ser, descubrir que entre cuatro paredes se limita su verdadera libertad, reconocer mi estado poseído por algunos de mis 5 sentidos al tenerlo presente en mi, recordar lo imperfecto de solo seis letras amando, volver a pronunciar sus siete que lo hacen llamar de una manera clara y fuerte... es dejar mucho de lo que fue momento de pasión fugaz.

Sigo embriagándome de los pocos destellos que mi imaginación creo de usted en mi y que la realidad mantiene, me dejo de pensamientos ingenuos, reorganizo el nivel de mi respeto en lo personal, del beso paso al abrazo ausente y concurrido que inexplicablemente sigue naciendo en mi cada vez que lo veo... pero reconozco lo certero, mis antojos pasajeros, la intención de los ajenos a mi ser y mis querencias.

Poco me queda entre estos panoramas... Reconozco las cantidades: Mucho gusto.

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