martes, 23 de noviembre de 2010

Entre quince años.

Entre quince años
hay un deseo compartido que no llega:
una ilusión que se sacraliza;
La tentación se atiende reconociendo
la existencia de una tensión que se saborea.
"No sé que me sigue trayendo hasta acá"

Entre quince años
no hay condición
y ni siquiera la ausencia de voluntad
reside en el vino;
no se niega el deseo
pero se disfruta en su espera.
"¿Vamos por un café?"

Entre quince años
la libertad le canta a los "yo confieso" que le hacen homenaje;
no hay silla para la duda,
estamos solos en soledad
"Ya no me pertenece, lo dije"

Entre quince años
los quince años desaparecen,
los números se evaporan
y se prefiere creer en la eternidad:
el tiempo nunca es suficiente
"Ya nos vamos"

Desde lo eterno.

He agotado los pensamientos convocando a la reproductibilidad de la nada. La presencia del pensamiento "esteril"  anuncia su llegada con inmóviles pasos llenos de un vacío que recorre mis recuerdos ausentes de imagen y palabra.

Nunca el sentimiento imaginó quedarse solo con la presencia de los sentidos, que ahora, anhelaban encontrar la forma de expresar su saber. Sin razón me enuncio y vuelvo a lo primitivo. El ser encuentra la razón en su cuerpo que se declama existente a través del mundo. No hay palabra, hay olor, sabor, sonido, textura...

"Siento al ocaso o a la aurora, no lo sé...
la noche o el día que llega los define.
La existencia del infito horizonte es absurdo.
No hay límite,
no hay tiempo:
los números no existen.
 Se contempla una eternidad que se repite..."

Bis (por favor)

domingo, 14 de noviembre de 2010

Sin querer saber.

Narrando desde el hastío de la sombra en soledad, cotemplo el sentimiento intranquilo que deja la estela del Espectro. No hay tiempo, ni espacio que anuncie su llegada, mas su ida la reconozco porque me desquita la ilusión que muere en mí al querer verlo sin velo, con tiempo y lugar constante.

Me mantiene despierta su presencia fugaz pero eterna, presencia que atormenta mi existencia hasta en la irrealidad misma que contiene al sueño. No hay tiempo, ni espacio que me esconda de su llegada sin hora, minuto, segundo... y aunque me abruma ese acecho que impregna con un olor de presa a mi voluntad, hoy me atrevo a hablarte

Espectro, tu que vas armando el momento de aparición en mis días, no dejes que logre develarte, no quiero creer verte, no deseo sentir las emociones burdas que nacen cuando las pasiones platónicas ,que le dan sentido a la existencia de tu imagen contenida por lo ajeno a la realidad, desaparecen. No permitas que te sepa. Has a tu imagen, que reposa en mi, eterna...  Manten la ilusión que no creo encontrar al saberte en realidad.

martes, 9 de noviembre de 2010

¿Qué importa?

Confieso que por relámpagos la posesión que nace al verte le ha quitado voluntad a mi amor. Lo ha hecho ver "estúpido" mientras le pone un espejo al frente que intensifica el por qué de ese adjetivo. Atormentadamente lo ha reprimido haciéndole creer que si está solo, no hay sentido. Ha sido motivo de pertubación para él, que siempre ha disfrutado de ti, ignorando tu sentimiento que reposa sobre otros nombres.

Quizás, probablemente... yo no esté más allá de un deseo carnal, no sea sino parte de una multitud que nisiquiera a codazos recorres, no me recuerdes sino en las noches en las que más anhelas impregnar tus almohadas con algún otro perfume que no sea el tuyo, no exista amor al pensarme, no he resultado atractiva para el sentimiento pero si para el deseo.... ¡Quizas probablemente, todo lo ya escrito contenga una luz parpadeante que devele una verdad que me abruma saber en esos pequeños momentos de destellos oscuros, en los cuales olvido que no importa realmente como acaesca el amor en otros, sin en mí esta presente y me levanta!

Después de... es ahora.

Ya han pasado cuatro estaciones que no me han dejado sino con un amor atormentadamente bello. Me levanta la ilusión y juego con la realidad. Vienes y vas como hoja de otoño que baila con el viento. No has caído, y yo no he querido tocarte. Disfruto de tu beso que no llega sino en fantasía y sueño. Busco que mis miradas te perforen antes de que pierda y me desarmen a mí por verte, porque si, si, si... ¡Si, te contemplo al sentirme viendote, asi, bello y sin amarme!

La belleza implica tormento. En lo indiferente no hay nada que ver. La belleza parece nunca aprehenderse, y ahi encuentro la ilusión. 

Este amor bello y atormentado por su belleza, no encuentra momento en el que no le quede pequeño el cuerpo. Ya no encuentra este amor como ocultarse. No anhela más que liberarse, hacerse saber sin importar respuesta, pues el sentido de la respuesta deja de existir cuando el sentimiento sobrepasa los límites de lo pensable.