He agotado los pensamientos convocando a la reproductibilidad de la nada. La presencia del pensamiento "esteril" anuncia su llegada con inmóviles pasos llenos de un vacío que recorre mis recuerdos ausentes de imagen y palabra.
Nunca el sentimiento imaginó quedarse solo con la presencia de los sentidos, que ahora, anhelaban encontrar la forma de expresar su saber. Sin razón me enuncio y vuelvo a lo primitivo. El ser encuentra la razón en su cuerpo que se declama existente a través del mundo. No hay palabra, hay olor, sabor, sonido, textura...
"Siento al ocaso o a la aurora, no lo sé...
la noche o el día que llega los define.
La existencia del infito horizonte es absurdo.
No hay límite,
no hay tiempo:
los números no existen.
Se contempla una eternidad que se repite..."
Bis (por favor)
martes, 23 de noviembre de 2010
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