domingo, 14 de noviembre de 2010

Sin querer saber.

Narrando desde el hastío de la sombra en soledad, cotemplo el sentimiento intranquilo que deja la estela del Espectro. No hay tiempo, ni espacio que anuncie su llegada, mas su ida la reconozco porque me desquita la ilusión que muere en mí al querer verlo sin velo, con tiempo y lugar constante.

Me mantiene despierta su presencia fugaz pero eterna, presencia que atormenta mi existencia hasta en la irrealidad misma que contiene al sueño. No hay tiempo, ni espacio que me esconda de su llegada sin hora, minuto, segundo... y aunque me abruma ese acecho que impregna con un olor de presa a mi voluntad, hoy me atrevo a hablarte

Espectro, tu que vas armando el momento de aparición en mis días, no dejes que logre develarte, no quiero creer verte, no deseo sentir las emociones burdas que nacen cuando las pasiones platónicas ,que le dan sentido a la existencia de tu imagen contenida por lo ajeno a la realidad, desaparecen. No permitas que te sepa. Has a tu imagen, que reposa en mi, eterna...  Manten la ilusión que no creo encontrar al saberte en realidad.

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