martes, 9 de noviembre de 2010

Después de... es ahora.

Ya han pasado cuatro estaciones que no me han dejado sino con un amor atormentadamente bello. Me levanta la ilusión y juego con la realidad. Vienes y vas como hoja de otoño que baila con el viento. No has caído, y yo no he querido tocarte. Disfruto de tu beso que no llega sino en fantasía y sueño. Busco que mis miradas te perforen antes de que pierda y me desarmen a mí por verte, porque si, si, si... ¡Si, te contemplo al sentirme viendote, asi, bello y sin amarme!

La belleza implica tormento. En lo indiferente no hay nada que ver. La belleza parece nunca aprehenderse, y ahi encuentro la ilusión. 

Este amor bello y atormentado por su belleza, no encuentra momento en el que no le quede pequeño el cuerpo. Ya no encuentra este amor como ocultarse. No anhela más que liberarse, hacerse saber sin importar respuesta, pues el sentido de la respuesta deja de existir cuando el sentimiento sobrepasa los límites de lo pensable.
 

No hay comentarios: