lunes, 15 de marzo de 2010

Comienzo de la Primavera.



Podía sentir yo toda clase de texturas mientras más sumergía mis manos en el tronco... recuerdo haber pasado entre barrotes lisos cual marfiles. Palpe todo un mundo de paredes viscosas y mis yemas se arruguban por la abundancia de aquel líquido rojizo que tanto estaba presente en aquel panorama tan particular.

Seguí y seguí empujando mis manos mientras inhalba y exhalaba por la boca, con lo dientes en roce y los labios desquitándolos de privacidad. Fluía una especie de salitre en mi rostros... parpadeaba con intensidad, tomandome todo el tiempo posible. . . Escuchaba y sentía cada vez más cerca el sonido de un tambor y ansiaba que mis manos por fin logragan alcanzar tan molesto: "Pumpum... Pumpum... Pumpum"

Sucumbí... me adentré cada vez más y más...Pude observar como el piso también era victima de aquel líquido... Mi tacto ya no sabia diferenciar entre tantas formas repugnantes y babosas...

Comencé a desquitarme de mi todo: sentidos/razón pues la presión que generaba en mi cuerpo me obligaba. Acogieron estas, mis manos a aquel tambor... lo palparon... lo agarraron... y al sentirse engañadas por su forma tan ausente de lo que la imagición les había mostrado como un instrumento de percusión, lo aplastaron... decidiendo de esta manera coger aquellas manillas con forma de esqueleto de pescado... Intentaron abrir la puerta -Comenzaba yo a delirar- Empujaron -Me despido...- Abrieron (Salieron desde el lugar más profundo del tronco... abriendo este en dos... dejandolo caer en lados iguales) ... Ya había llegado la primevera y por el letargo que mantuve ante las estaciones posteriores a esta, morí sin festejar la llegada de la misma...

1 comentario:

Patrizia Aymerich dijo...

Hace tiempo que no leía algo así. Gracias. Bonito, Bonito. Me encantó.

Un beso!

Paty Aymerich.