martes, 11 de enero de 2011

Desde el limbo...


"¡Celebro mi perversidad!.. atento contra la calma!"
Yo misma.

Me enuncio desde el tormento que nace en mi conciencia al reconocer mi ubicación. No hayo sino una gama de universos frágiles, que encuentran su existencia en el abandono de la palabra, el desconocimiento de la conciencia (acogimiento del instinto salvaje), los discursos reciclados (palabras de otros, no suyas), la calma (hacedora de la nada), el letargo (la entrega voluntaria a la incapacidad), las quejas (hijas del ocio mal atendido) y la tan aprovechada inmovilidad (cultivadora de quejas). Esta realidad no me deja más que hastío y un estado de limbo perpetuo. Puedo sentir como voy tambaleándome entre la agonía que parece padecer esta realidad (en mí),  y la presencia perversa que brota de esa fantasía que me despoja de mis sentidos para otorgarme otros.  

No creo tener la capacidad de sobrellevar al tiempo y al espacio sin la presencia de la irrealidad en mis días, debido a que en este lugar, encuentro realmente desgarrador contemplar a algún sujeto u objeto sin antes no habérselo entregado a esa imaginación excitada que me contiene. Solo logro abstraerme en ellos cuando tomo su composición orgánica o inorgánica como referente y comienzo a darles ser y escribirles su historia. No hayo nada que, en su estado inalterado por mí, se muestre atractivo y capaz de seducirme, capaz de permitirme babear y embriagarme de su existencia. Voy otorgando papeles en vidas que lo desconocen. En donde todos ven a la escoria con cuerpo, yo veo a alguien perfecto para amar. Cuando un hombre reconoce su sensibilidad y todos comienzan a cuestionarlo, yo no encuentro respuesta sino en la palabra “humano”.  Si todos comienzan a señalarse antes de estigmar con el pensamiento y el habla, yo no me siento sino en un sueño dentro del ensueño.

Definitivamente siento lejana a la duda cuando me pregunto si habrá un lugar mejor que éste para trabajar subordinada a la fantasía… pero ¿qué sucede cuando la realidad, el hastío, la calma (…) penetra en el tiempo, en el espacio y deja ver por minutos, segundos, aquí y allá, al sujeto o al objeto desquitado de toda idealización?, ¿qué sucede cuando no existe suficiente locura o conciencia como para dejar de tambalearse de un lado o de otro?

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